El número uno Se murió Luis . Hace menos de tres semanas. Sí, solo dos y media, aunque parezca que hace una eternidad. Se murió Luis. Así,...

 

El número uno

Se murió Luis. Hace menos de tres semanas. Sí, solo dos y media, aunque parezca que hace una eternidad. Se murió Luis. Así, a secas. No hace falta decir nada más. No hace falta poner sus apellidos, ni su genealogía, ni sus títulos. Solo Luis. Porque a ningún cofrade de la ciudad de Almería le hace falta más para saber de quién estamos hablando; porque, de hecho, ningún almeriense necesita añadidos para saber a quién nos referimos. Se murió Luis.

Y lo ha hecho tal y como vivió sus más de ocho décadas: tranquilo, en familia y sin mucha algarabía (un beso infinito para Pura, Luisma y Raquel). Pero, eso sí, dejando un vacío inmenso en la familia soleana y en la Semana Santa de Almería. Hablaba con un amigo al día siguiente acerca de la valía de los que se están yendo y la de los que están llegando a este mundillo: que Dios nos coja confesados.

Luis ostentaba, entre otras muchas cosas, el puesto número uno como hermano de la Soledad de Almería. Y en este mundo en el que supuestamente todos somos iguales y valemos lo mismo, encabezar una lista por ser el más antiguo debería no ser importante. Pero, gracias a Dios, no es así. Sobre todo, porque cada uno somos distintos al de al lado, cada uno somos de nuestro padre y nuestra madre. Y nos diferenciamos por nuestros actos. Y Luis era el hermano número uno por antigüedad y, más aún, por su valía.

Luis era el número uno abriendo la parroquia de Santiago, cual abnegado sacristán. Luis era el número uno acercando al sacerdote las vinajeras y el manutergio, cual pueril monaguillo. Luis era el número uno organizando los repartos de alimentos entre los más desfavorecidos, cual devoto misionero; Luis era el número uno encendiendo y apagando las velas de los cultos soleanos, cual infatigable pabilero con su caña; Luis era el primero atendiendo a los medios, cual enamorado de su cofradía y de su Virgen; Luis era el primero blandiendo la escoba y el recogedor, cual siervo de María; Luis era el primero recitando el Stabat Mater todos los Viernes de Dolores, cual barítono salido del mismo cielo; Luis era el primero delante de la Soledad por las calles de su ciudad, cual guardián de su devoción… Y todo esto (y mucho más) hasta muy poco antes de encontrarse con el Padre, incluso habiendo sido hermano mayor de su cofradía y presidente de la Agrupación. Ante todo, humildad.

Ahora Luis ya sabe. Ya conoce la Verdad. Ya ha confirmado que su fe era verdadera. Ahora el fundador Manuel de Bargas le estará contando cómo fueron esos comienzos en el siglo XVIII y Luis le describirá el altar que tenía la Soledad en San Sebastián. Ahora Bartolomé Carpente le estará relatando lo que les llevó a salir a la calle por primera vez y Luis le dirá entre chascarrillos la devoción que había en el barrio de las Perchas hacia la Virgen. Ahora estará junto a doña María, Juan Montoya, Juan Ramón, Juan Fernández, Fernando Torres y otros muchos hermanos soleanos que disfrutan de la compañía de Nuestra Señora de los Dolores. Y Luis estará ahora ahí en la Gloria, porque él siempre ha sido y seguirá siendo el número uno.

Portada elaborada por Eduardo Blanes Pérez Si dividimos los más de dos mil años de Cristianismo en ocho partes, la hermandad de la Soledad o...

Portada elaborada por Eduardo Blanes Pérez

Si dividimos los más de dos mil años de Cristianismo en ocho partes, la hermandad de la Soledad ocupa una octava parte de ella: doscientos cincuenta años, un cuarto de milenio, dos siglos y medio. Ahí es na. Cincuenta lustros de la historia de Almería y de su devoción. Más o menos la mitad del período cristiano moderno de la ciudad. Y en este año que acaba de comenzar, este 2022 que debe ser tan importante para los cofrades almerienses por infinidad de detalles, los hermanos soleanos van (vamos) a celebrar este aniversario.

Por esta razón, dentro del Proyecto de actividades para la reactivación de actos culturales y de promoción de eventos vinculados a la vida cofrade de Almería, la junta de gobierno de la corporación del Viernes Santo me encargó hace unos meses (como investigador y hermano) la confección de un documento en el que se explicase de forma clara y amena cómo se fundó la Soledad allá por el 1 de abril de 1772.


La idea principal era desechar mitos y leyendas que han corrido por publicaciones desde los años 40 hasta ahora y centrarse más en los hechos y pruebas que los distintos historiadores e investigadores han ido desempolvando desde finales de los 90 del siglo pasado. Porque es cierto que la guerra civil se llevó por delante (entre otras muchas cosas) todo el archivo parroquial, de la hermandad y gran parte del catedralicio, pero también es cierto que la importancia de la hermandad fundada en el siglo XVIII ha hecho que en varios archivos hayan ido apareciendo (y esperamos que todavía queden muchos más) pruebas para poder reconstruir la fundación e historia de la cofradía.


Además, se buscaba una publicación amena, a color, clara, didáctica y con un buen formato. Y había fondos para ello, puesto que la Junta de Andalucía se ha encargado de costear este tipo de proyectos a través de la Agrupación de hermandades y cofradías de la ciudad. No se iba a llegar a publicar un libro (hasta las 49 páginas no puede considerarse como tal), pero sí que iba a salir de la imprenta un buen cuadernillo para una lectura y aprendizaje para la Navidad.


La fecha fundacional de la cofradía (1 de abril de 1772) siempre se ha tenido clara y cierta en el seno de los hermanos soleanos. Así ha constado siempre en los documentos antiguos y en la prensa anterior a la guerra civil (incluyéndose el nombre del fundador don Manuel de Bargas). Pero la pérdida de toda documentación hizo que en los años 40 se asumieran fechas erróneas (1768) que hicieron incluso celebrar el CCXXV aniversario en una fecha equivocada (1993). Peroen la segunda mitad de los años 90 comenzaron a aparecer de nuevo pruebas inequívocas que devolvían a la corporación del Viernes Santo a la senda de la realidad. Gil Albarracín fue el primero en este sentido, sacando a la luz unas Reglas de 1828 en las que todo quedaba claro. Y, a partir de aquí, patentes de hermanos, otras Reglas, libros de indulgencias y otros estudios de investigadores no han dejado lugar a dudas.


Primitiva imagen de Nuestra Señora de los Dolores

Así pues, solo quedaba poner negro sobre blanco, relatando cómo fue aquella idea de un grupo de parroquianos de Santiago, guiados por su párroco don Manuel, para pedir permiso al prior de los Siervos de María en el convento de San Marcello en la ciudad de Roma. Y todo eso respondiendo a multitud de preguntas: ¿quiénes eran esos servitas?, ¿estuvieron en Almería?, ¿qué es una venerable orden tercera?, ¿hubo más en Andalucía?, ¿quién era don Manuel de Bargas?, ¿cómo era la Almería de 1772?, ¿qué proceso se dio para la fundación?, ¿cuándo se aprobaron las primeras Reglas?, ¿cuándo llegó Nuestra Señora de los Dolores a Santiago?, etcétera, etcétera.


Ahora lo único que falta es que cualquier cofrade que esté interesado se pase por la casa parroquial de Santiago (los lunes por la tarde) o se ponga en contacto con la hermandad de la Soledad a través de sus redes sociales para conseguirlo y echar un buen rato de lectura de cofradías, de historia y de Almería.


Fundación de la hermandad de la Soledad el 1 de abril de 1772

Para finalizar, quiero comentar que al finalizar el acto de presentación de este cuadernillo que tuvo lugar el pasado 27 de diciembre, festividad de san Juan Evangelista, hice entrega a la hermandad de la Soledad de un regalo muy especial: un cuadro con la inscripción de la cofradía en el libro de registro de la casa matriz de los servitas en Roma. Se trata del especial momento en el que se funda la hermandad, en el que se inscribe en el registro de los Siervos de María, en el que se concede el permiso del prior para echar andar en esta andadura de 250 años. Este documento (magistralmente diseñado y enmarcado por Fernando Salas Pineda) no constituye un dato nuevo en sí, ni es un descubrimiento que confirma la antigüedad de la hermandad soleana, puesto que, como ya hemos dicho anteriormente, este dato ya era harto conocido para los hermanos. Lo que sí que conlleva y aporta es el poder ver por vez primera un documento que, aunque conocido por los hermanos, nunca había podido ser contemplado. Y es que a partir de ahora los cofrades servitas de Almería van a poder admirar cómo y cuándo se fundó la hermandad del mismo puño y letra de la persona que tuvo el honor de otorgarle el permiso para que todo fuera una realidad.

  https://www.lavozdealmeria.com/noticia/284/el-contador-cofrade/208255/ni-semana-santa-ni-cartel

 



  Concluye hoy 2020, el que muchos dicen que ha sido el peor año de sus vidas (eso ya cada cual que lo justifique). Casi en blanco en lo cof...

 


Concluye hoy 2020, el que muchos dicen que ha sido el peor año de sus vidas (eso ya cada cual que lo justifique). Casi en blanco en lo cofrade, a los capillitas solo nos queda soñar-recordar, sobre todo con las lúgubres perspectivas que otean el horizonte del año que comienza mañana (de eso ya hablaremos otro día).


Desde que saliera a la calle la Esperanza allá por octubre del año pasado en una extraordinaria que todos rememoramos, poca calle han pisado los titulares de las hermandades de Almería. Aquel fatídico 14 de marzo la nota del obispo rompió de cuajo los sueños de todos los cofrades almerienses al suspender los cultos públicos (cosa que las propias cofradías ya habían hecho). Esto convirtió a Jesús de Salud y Pasión y a Jesús de la Sentencia en las últimas imágenes de Almería en salir fuera de los templos una semana antes de la prohibición.


El corte en seco de la Cuaresma nos dejó sin ver al Santísimo Cristo de la Buena Muerte presidiendo por primera vez el viacrucis oficial, este año con un nuevo y esperado formato.


La Semana Santa de este año que termina quedó expedita y, aunque cada uno nos acordamos de nuestra cofradía y de nuestro día, hubiera sido maravilloso ver por vez primera al Señor de la Vida el Domingo de Resurrección desde la parroquia de Monserrat. Y no nos olvidemos de la más que probable salida el Lunes Santo del palio de María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso y de san Juan Evangelista, llevados en palio desde el Zapillo por la hermandad del Gran Poder.


Se sucedieron una a una las suspensiones de procesiones de Gloria en nuestra ciudad. Y, como no, todas las salidas extraordinarias que estaban fechadas para este curso 2020: la de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso y san Juan, que ponía fin a los actos por los veinticinco años de vida del Gran Poder; la del Señor de Pasión por el XXV aniversario de la hermandad; la del Santo Cristo de la Caridad, por el mismo motivo; y la de la Santísima Virgen del Mar por el D aniversario de la fundación de la cofradía, que al final quedó todo el un traslado furtivo hasta la catedral. Más hermandades deberían hacer celebrado sus aniversarios, pero ni están ni se les espera.


Para 2021 otras citas muy importantes están por llegar. Para conmemorarlas, algunas corporaciones llevan meses trabajando, entre la incertudimbre y el miedo por que esto no termine. De hecho, no son pocas las que ya están pensando que posponer sus celebraciones unos meses o incluso dejarlas para 2022. Destacamos los setenta y cinco años que cumplirán este año que entra los hermanos del Silencio y la Virgen del Consuelo; los veinticinco que soplarán las imágenes de Jesús de la Victoria de la Borriquita, la Merced del Prendimiento, Rosario del Mar o el Gran Poder; o el cuarto de siglo de la fundación de la cofradía de los Ángeles.


Pero vayamos poco a poco, que eso sí que es algo que nos ha enseñado el puto COVID. Disfrutemos esta noche y pidamos todos por un feliz y santo 2021.

Hoy domingo ha terminado el Almería la XIX edición de FICAL. Durante este fin de semana se ha podido asistir en nuestra ciudad a conciertos,...


Hoy domingo ha terminado el Almería la XIX edición de FICAL. Durante este fin de semana se ha podido asistir en nuestra ciudad a conciertos, cines y museos. Por supuesto, antes de las seis de la tarde, todos los que han querido se han tomado unas cervicicas con sus tapicas. La vida, con muchas diferencias, sigue su curso para todos. Menos para los capillitas. Parece ser que las hermandades no pueden continuar con su devenir. Y lo peor es que somos los propios cofrades los que estamos empeñados en que esto se pare.

Muchas declaraciones huecas de estas como "de esta salimos más fuertes" o "hay que convivir con el virus" o "no podemos pararnos por esto". Pero la realidad es que sí que nos estamos parando y es solo porque queremos pararnos. Los cofrades, desde que el mundo es mundo, nos empeñamos en boicotearnos a nosotros mismos.


No se trata de ser locos, ni de ser negacionistas, ni de empeñarnos en hacer lo que no se puede. Todos (cofrades o no) debemos seguir las indicaciones de las autoridades y, sobre todo, ser prudentes. Pero el problema es que las más de las veces somos más papistas que el papa y nos empecinamos en ser lo más de lo más en cuanto a prohibiciones. Nos pasamos de la raya. La pregunta es clara: ¿es que los cofrades somos los más tontos de la sociedad?; ¿es que no estamos preparados para hacer las cosas como hay que hacerlas?; ¿es que somos unos ceporros y todo lo hacemos mal?


La pandemia se comió la mitad de la Cuaresma y la Semana Santa de este año. Luego hizo lo propio con todas y cada una de las salidas programadas para los meses posteriores. Era algo normal. Salir a la calle era y es complicado. De hecho, muchos cofrades ya asumen que no habrá procesiones en la próxima Semana Mayor, esgrimiendo el falaz argumento del "si no se sale como siempre se ha salido, no se puede salir" (como si no hubieran evolucionado las cofradías a lo largo de toda su historia, como si las procesiones no se hubieran ido adaptando al devenir de los tiempos). Este simplismo bien merece otra entrada que vendrá pronto, aunque ya conocen cuál es mi postura al respecto.


Así que nos ha tocado (por ahora) quedarnos en el interior de los templos. Pero parece que esto no es suficiente. Ahora ya es mejor no hacer nada dentro de las parroquias. El argumento es el de siempre: mejor no correr riesgos. Porque somos tontos y no sabemos hacer las cosas, claro. No sabemos guardar las distancias, ni desinfectar, ni controlar los aforos, ni nada de nada. Y siempre vamos más allá de lo que marcan las autoridades. Empezó el propio obispado obligando a cerrar los templos a las ocho de la tarde (dos horas antes de que usted y yo tengamos que estar en casa). Y la medida cayó en las parroquias de dos formas: en unas los curas han aprovechado para cambiar horarios y multiplicar las Misas para que los fieles se repartan y en otras los sacerdotes han preferido cerrar toda la tarde toda la semana y dejar a barrios enteros sin Eucaristías vespertinas. ¿Alguien puede explicar esta decisión? Como este Gobierno no nos cierra los templos, ya estamos nosotros mismos para hacerlo.


Y, claro, ¿cómo vamos a ser nosotros los cofrades menos que el obispo? Pues vamos a ir dejando de hacer cosas también en los templos. Lo primero que fuimos teniendo noticia fue de algunas hermandades que decidían no montar altares para sus cultos (¿por?). Y luego han ido llegando suspensiones de Misas de hermandad y pregones. Llama la atención ante la masiva afluencia que siempre han tenido estos actos en la Almería cofrade.


Sigamos así. Abracemos ese argumento del "ya vendrán años mejores" y vayamos metiendo nuestra fe en casa, mientras vemos como las cofradías poco a poco van muriendo por desidia, por no saber adaptarnos a las nuevas condiciones, por creernos más papistas que el papa o los más tontos del mundo. Luego a ver cómo volvemos a la normalidad y a ver cómo volvemos a llevar a nuestros hermanos a las cofradías.

  Nazarenos de Angustias en el interior de la Compañía de María (desconozco el autor) "La cumbre de Antequera" . Así han decidido ...

 

Nazarenos de Angustias en el interior de la Compañía de María (desconozco el autor)

"La cumbre de Antequera". Así han decidido llamar a la reunión que este jueves 10 de septiembre mantendrán los presidentes de los consejos y agrupaciones de toda Andalucía. Allí estará Isaac Vilches, velando por los intereses de la Semana Santa de Almería. Entre los puntos que se tratarán el más importante será el relativo a la celebración o no de la Semana Santa del próximo 2021. Aunque al final cada ente indidualmente tendrá potestad para decidir unilateralmente la decisión final, se va a intentar mantener una postura común en toda la comunidad.


En lo cofrade, como todo en la vida, hay dos formas de afrontar el día a día: sin hacer nada esperando que el tiempo pase o coger el toro por los cuernos y buscar soluciones a los reveses que la vida va poniendo día a día. Y con la pandemia que estamos viviendo pasa igual, con cabeza y prudencia hay que intentar evolucionar y dar un giro a las cofradías para adaptarse a los nuevos tiempos que estamos viviendo. Puede que no podamos disfrutar de las procesiones tal y como estamos acostumbrados, pero ahí es donde tenemos que adaptarnos y pensar en soluciones (como se están haciendo en todos y cada uno del resto de ámbitos de la vida).


Desde el pasado 15 de marzo (pistoletazo de salida de esta auténtica locura) han pasado casi seis meses en el que se han suspendido todas las procesiones, pero en los que se adaptado Misas, cultos, triduos y besamanos. Se han ido adaptando (mejor o peor) y la pregunta ahora es: ¿podrán adaptarse de alguna forma las cofradías para poder salir a la calle en la próxima Semana Santa? El miedo y la falta de tiempo hizo que nada pudiera hacerse en la pasada, pero ¿y para la próxima?


Los mentideros cofrades han sacado a la luz algunas de las propuestas que este jueves se van a debatir en Antequera. Parece ser que desde Cádiz se propone redactar un protocolo con el beneplácito de los ayuntamientos en el que se controle la asistencia y se reduzcan los itinerarios. En Córdoba suman a estas ideas la de utilizar unas pequeñas andas con los titulares. Hay gente con ganas, hay gente pensando, hay gente que se adapta. Otros no.


Las propias características de la Semana Santa de Almería hacen que lo que en otros lugares son impedimentos aquí no sean problema. En primer lugar, los abonos de las sillas de la carrera oficial (que ojalá lleguen algún día, pero que ahora no existen). Si no hay gradas, ni tribunas, ni sillas el próximo año, no pasa absolutamente nada de nada. Eso es solo un detalle del que se puede prescindir en esta situación extraordinaria que vivimos. En segundo lugar, los cortejos. Por desgracia, en nuestra Semana Mayor no son numerosos y no deben representar un problema demasiado importante. Incluso, la opción de los numerus clausus puede ser la más apropiada, aunque siendo realistas no creo que se llegara a tal necesidad.


Así pues, los hermanos que participan en una procesión no deben ser la excusa para suspender las procesiones. Pocos nazarenos (todos tapados), acólitos manteniendo las distancias de seguridad, músicos con sus propias medidas... Nada de esto es un problema en Almería. Pero si no, pues un año en silencio, ¿qué problema hay? Y cortejos reducidos, ¿no se puede salir así a la calle ante esta eventualidad? ¿No es mejor esto que nada?


Visto esto, creemos que hay dos problemas fundamentales ante la posibilidad de que las cofradías puedan salir a la calle en 2021. Por un lado, los costaleros, parte esencial de las procesiones de Semana Santa en las últimas décadas (no en las anteriores). Descartamos la opción de las ruedas por la imposibilidad técnica de colocarlas en los actuales pasos. Y también abandonamos la idea de que una cuadrilla de costaleros se meta debajo de un paso con todo lo que ellos supone en contra de la lógica y la legalidad. ¿Y entonces? ¿Hay otra posibilidad? Por supuesto: sacar a los titulares en andas cargadas por un número reducido de portadores con sus mascarillas y medidas de seguridad oportunas sin que sea un lugar cerrado. Todos queremos ver esos magníficos misterios por las calles, esos maravillosos palios alejándose en la noche... Pero ahora no se puede. ¿No será mejor montar unas preciosas andas, con toda la majestuosidad que los priostes son capaces de plasmar, que no dejar a los titulares en el interior de los templos? No es una opción descabellada; de hecho, se ha hecho así casi toda la vida. Y no es para siempre; es cuestión de adaptarse.


El otro problema (quizás el más controvertido) es el público. Está claro que las procesiones de Semana Santa atraen a buena parte de la sociedad, por devocion, fe, curiosidad o por la razón que cada uno tenga. Y año tras año la gente en las calles de Almería ha ido creciendo exponencialmente. ¿Pueden las cofradías arriesgarse a congregar a tanta gente y a favorecer los contagios esa semana? La respuesta es que ellas solas no. Necesitan coordinarse con el Ayuntamiento. Sí. Este debe convertirse en pieza fundamental, sin el que será imposible que las procesiones se celebren. La Agrupación y el Ayuntamiento deben encontrar fórmulas para que sea posible. Las cofradías quizás deban acortar itinerarios y estar mucho menos tiempo en la calle (lo que será más fácil con esas andas) y el equipo municipal debe ser capaz de trazar un protocolo para reducir o controlar la asistencia. Lo decía el lunes Antonio Burgos en ABC: "un protocolo de bullas". Seguro que lo hacen para Navidad. ¿Y por qué no para Semana Santa?


¿Sería tan "sacrílego" para los cofrades que cada procesión salga por su feligresía, en silencio, rezando, volviendo a los orígenes más espirituales, al sentido de las cofradías, por la noche huyendo de las masas, con los titulares en andas, con recorridos cortos? ¿No estamos maduros para afrontar ese cambio? ¿Preferimos quedarnos sin nada, no adaptarnos?


Lo que está claro es que si se quiere, se puede intentar. Se puede tener algo pensado, hablado y bien atado. Y luego Dios hará lo que crea más conveniente. Pero si las cofradías no quieren, si la Agrupación no está por la labor, bastará con dejar pasar el tiempo y al final decir que es que ya es tarde. Algo muy típico por estos lares. Cojamos el toro por los cuernos, presentemos un proyecto serio, un protocolo sólido y ningún concejal ni ningún consiliario ni ningún hermano mayor podrá echarlo atrás.

Fotografías de Juan Andrés Cabezas  

Fotografías de Juan Andrés Cabezas



 

Fotografías Javier Barranco Casimiro  

Fotografías Javier Barranco Casimiro




 

  María Santísima de Fe y Caridad (fotografía de la web de la de la Santa Cena) Termina este verano distinto que hemos vivido y llega de nue...

 

María Santísima de Fe y Caridad (fotografía de la web de la de la Santa Cena)


Termina este verano distinto que hemos vivido y llega de nuevo la monotonía y la rutina de un nuevo curso, que encima está impregnado por la preocupación y el miedo. Sin embargo, el mes de septiembre en Almería se ha convertido en el más cofrade fuera del tiempo cuaresmal y la Semana Santa. El que era el séptimo mes del calendario romano está plagado de fiestas litúrgicas y de festividades marianas que riegan de cultos cofrades todas sus casi cinco semanas.


Vamos a hacer un repaso de lo que los capillitas almerienses vamos a poder disfrutar estas fechas.


NATIVIDAD DE MARÍA

Nueve meses después de la Inmaculada celebramos la fiesta del Nacimiento de la Virgen. En Almería tanto Silencio como Santa Cena celebran cultos a su titular mariana.

En la corporación de San Agustín el triduo a la Virgen del Consuelo comienza el sábado 5 a las 19.30 h. El martes 8, día de la festividad, la Virgen estará expuesta en veneración y a las ocho y media de la tarde se celebrará la función solemne. La pandemia ha obligado a que la hermandad no monte altar de cultos (la imagen estará en su capilla) y tampoco habrá concierto de Santa Cruz en las vísperas.

Por su parte, la Sacramental de la Cena comenzará su triduo a María Santísima de Fe y Caridad en la parroquia de San Pedro el domingo 6 a las 19.00 h. Los tres días predicará por primera vez el nuevo consiliario don Juan Antonio Moya.


EXALTACIÓN DE LA CRUZ

Una de las fiestas cristianas más importantes de este mes de septiembre es la Exaltación de la Santa Cruz que se celebra el día 14. La cofradía del Amor celebra un triduo al Santísimo Cristo del Amor. Los cultos comenzaron el sábado 12 en la parroquia de San Sebastián. Cuidado que los tres días tienen horario diferente: sábado 20.00, domingo 20.30 y lunes 19.30 h. Además, el sábado 12 se impondrán las medallas a los nuevos hermanos.


DOLORES DE LA VIRGEN

Aunque ya se venía celebrando desde la Edad Media, sobre todo con el auge de la orden servita, no fue hasta 1814 cuando el papa Pío VII fijó la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores el 15 de septiembre, un día después de la Exaltación de la Santa Cruz. En Almería seis hermandades celebran cultos a sus titulares dolorosas.

La cofradía que lo celebra desde más antiguo y que comienza antes sus cultos es la de la Soledad. Este año, por el COVID-19 el Septenario que se viene celebrando desde 1829 se traslada por primera vez a septiembre. Comenzará el sábado 12 y terminará el viernes 18, dejando en medio la festividad. Nuestra Señora se trasladará a su altar de cultos y se celebrará al uso de los septenarios cuaresmales a los que estamos acostumbrados. Las Misas serán cada día a las ocho de la tarde en la parroquia de Santiago Apóstol.

También la hermandad de la Caridad celebra cultos a su titular la Virgen de las Penas. Concretamente, se trata de un triduo que comenzará el sábado 12 y que se celebrará en la parroquia de Santa Teresa a las ocho y media de la tarde. Para el día 15 se ha reservado una función solemne a las ocho y media de la tarde.

Por otra parte, la hermandad del Gran Poder ha organizado un triduo en honor a María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso, que comenzará el sábado 12 en la parroquia de San Pío X a las 19.30 h. El día de la festividad de los Dolores tendrá lugar la función solemne a la misma hora.

Recupera el triduo la cofradía del Sepulcro, aprovechando el LXXV aniversario de la bendición de sus imágenes titulares. En esta ocasión el triduo comienza el domingo 13 para terminar justo el día 15. La Eucaristía se oficiará los tres días a las siete de la tarde en la parroquia de San Pedro y la festividad de Nuestra Señora de los Dolores será Misa de acción de gracias y estará presidida por el obispo don Adolfo.

La hermandad de las Angustias ha adaptado sus cultos a las nuevas condiciones. Por esa razón, la Virgen no bajará de su camarín para el triduo que se celebrará en su honor los días 12, 13 y 14 de este mes. La Eucaristía será en la parroquia de San Juan a las ocho de la tarde el primer y el tercer día, y a las 12 del mediodía el segundo. Tampoco habrá veneración a la santa imagen.

Por último, el Encuentro celebra todos los años en la parroquia de San Antonio un triduo a la Virgen de la Amargura, que este año se adelanta para coincidir con el fin de semana (11, 12 y 13). Los tres días la Misa será a las siete y media de la tarde en la parroquia de San Antonio, siendo el domingo la función principal. Este año no se montará el altar de cultos y la Virgen de la Amargura continuará en su capilla. La cofradía invita también a participar en la Eucaristía del día 15.


FESTIVIDAD DE LA MERCED

El 24 de septiembre la Iglesia celebra la festividad de la Virgen de la Merced, una de las advocaciones de más devoción en todo el mundo. En Almería, la hermandad del Prendimiento celebra un tradicional triduo a su titular mariana. No tenemos todavía la información al respecto, pero la Sacramental del Prendimiento celebra un triduo los días 21, 22 y 23, reservando para la festividad la función principal de instituto y todos los años besamanos (que suponemos que este año se puede sustituir por una veneración de los fieles).


FESTIVIDAD DE LAS LÁGRIMAS

Los días 23, 24 y 25 (últimos jueves, viernes y sábado del mes) la hermandad del Calvario celebrará un triduo en honor a la Virgen de las Lágrimas, titular de la corporación. En la parroquia de San Roque del barrio de Pescadería la Misa será los tres días a las ocho de la tarde y el último día la imagen mariana estará expuesta a veneración de los fieles casi todo el día. Este año por las circunstancias se celebrará el tradicional concierto de marchas procesionales.


OTROS ACTOS Y CULTOS

Además, de las Misas de hermandad que las cofradías celebran cada mes, hay otros cultos que destacar en este septiembre cofrade en Almería.

En la hermandad del Entierro y Dolores de la Cañada el próximo sábado 12, fecha en la que estaba prevista la procesión extraordinaria por el XXV aniversario de la bendición de la imagen de la Virgen de los Dolores, se celebrará una Eucaristía y una ofrenda de alimentos a las ocho de la tarde en la parroquia de San Urbano.

También en este mes de septiembre otras corporaciones van a realizar distintos actos y cultos. En primer lugar, la hermandad del Perdón celebrará el domingo 20 a las siete de la tarde en la parroquia de San Ildefonso, si Dios quiere, una Eucaristía de acción de gracias por el XL aniversario fundacional de la hermandad.

Inmersos como estamos en la celebración del XXV aniversario de la hermandad de Pasión, la pandemia ha obligado a reestructurar muchas de las actividades previstas (por ejemplo, conferencia del mundo del costal el día 13) e incluso a posponer la procesión extraordinaria que estaba prevista para este mes. Sin embargo, los días 23, 24 y 25 se va a celebrar un triduo extraordinario en honor al Señor de Salud y Pasión, con un formato distinto y que tendrá lugar en la parroquia de Santa Teresa a las 20.30 h todos los días. Y el sábado 26 se celebrará la función solemne a las ocho de la tarde en su sede canónica y no en la catedral como estaba previsto. También se ha tenido que dejar para más adelante la presentación de la nueva túnica del Señor.

Hoja del Septenario de 1936, último en celebrarse antes de la guerra Muchas estampas insólitas nos está dejando esta pandemia : misas online...

Hoja del Septenario de 1936, último en celebrarse antes de la guerra

Muchas estampas insólitas nos está dejando esta pandemia: misas online, triduos o quinarios sin feligreses, suspensión de procesiones, besamanos sin besar ninguna mano, etc. Y más que van a venir. Termina el verano con más incertidumbre y miedo que lo empezamos. Por eso hay que reinventarse en todos los sentidos.


Septiembre en Almería nos trae triduos y cultos marianos en un buen número de hermandades. Todas se adaptarán a los tiempos que estamos viviendo. No hay más remedio. Y se producirán momentos únicos, por la situación y por el ingenio de priostes y juntas de gobierno.


Entre esos cultos posveraniegos, por primera vez en dos siglos y medio, podremos disfrutar en Almería del Septenario a Nuestra Señora de los Dolores de la hermandad de la Soledad. Sí, en septiembre. Coincidiendo con su festividad del 15 de septiembre. Y es que, aunque durante el confinamiento de la Cuaresma, la corporación servita transmitió por las redes sociales el rezo de los siete dolores durante los días que había de haberse celebrado este culto, no se pudo solemnizar de una forma adecuada. Así que, si Dios quiere, la hermandad soleana tiene previsto celebrarlo desde el sábado 12 hasta el viernes 18 de este mes que empieza.


Cuando se fundó la hermandad de la Soledad allá por el 1 de abril de 1772 este Septenario no se celebraba, ya que el culto importante dedicado a Nuestra Señora de los Dolores era una Novena que terminaba el Viernes de Dolores. Sin embargo, desde la Cuaresma de 1829 se cambió por el Septenario de Nuestra Señora, "puesto que el objeto es la contemplación de los siete dolores", dándole así mayor importancia si cabe al carácter servita de esta cofradía. Así pues, desde ese año ha venido celebrándose en Cuaresma, con el único paréntesis de 1937-1939 por la guerra civil.


Ahora en 2020 va a ser la primera vez que se haga en septiembre, coincidiendo con el 15, festividad de Nuestra Señora de los Dolores. Y será igual: con su altar de cultos, con siete Misas en su honor, con el rezo del ejercicio de los siete dolores, con las luminarias en la víspera de su onomástica y con una procesión claustral el último día. Todo bajo las mayores medidas de seguridad, como es lógico.


Esta debe ser la forma que deben seguir las hermandades de adaptarse a esta nueva situación: renovarse y ajustarse para no caer en el conformismo y en la desilusión.


Foto: Diario de Almería Cinco meses y medio han pasado desde aquel odiado 15 de marzo , cuando un estado de alarma, provocado por una pandem...

Foto: Diario de Almería

Cinco meses y medio han pasado desde aquel odiado 15 de marzo, cuando un estado de alarma, provocado por una pandemia que ya estaba entre nosotros, cortó de cuajo la Cuaresma que había empezado dos semanas y media antes. Cinco meses y medio y estamos igual o peor.

El 26 de febrero fue Miércoles de Ceniza y nos dio muy poco tiempo a oler la Cuaresma: algún quinario, algunas presentaciones de carteles, algunas charlas, unos ensayos y la bendición de la nueva imagen del Resucitado. Las páginas de la agenda se iban cancelando al mismo ritmo que llegaban las malas noticias. El 14 de marzo el obispo publicó una nota cancelando todos los actos (al que las hermandades ya se habían adelantado). Diecisiete días que no dieron para mucho y que todos los cofrades de Almería vivimos con bastante nerviosismo.

Como curiosidad, las últimas imágenes que salieron a la calle fueron las de Jesús de la Sentencia y la de Jesús de Salud y Pasión, cuyas hermandades celebraron sus respectivos viacrucis por las feligresías el sábado 7 de marzo. Al siguiente fin de semana ya no llegamos.

En los dos primeros meses de este fatídico 2020, hemos vivido la tradicional romería de la Santísima Virgen del Mar a Torregarcía y las procesiones de san Antón y san Blas (quizás se me olvide alguna más). Luego llegó la truncada Cuaresma, siendo el barrio de la plaza de toros y el de Oliveros los úlitmos en ver a un titular cofrade por sus calles.

Cuando empezó el verano, un rayo de esperanza daba de soslayo en los cofrades, pero día a día se ha ido desvaneciendo y ya pocos confían en una Semana Santa normal el año que viene, a la vez que la pandemia devoraba cada una de las procesiones de gloria de nuestra ciudad. Además, en Almería las tres extraordinarias que había previstas se han suspendido (o aplazado): el 30 de mayo la de Nuestra Señora del Mayor Dolor y Traspaso y san Juan Evangelista de la hermandad del Gran Poder, en septiembre la del Señor de Salud y Pasión (y meses el traslado de la Virgen de los Desamparados a las Jesuitinas) y en octubre el Santísimo Cristo de la Caridad (amén de la extraordinaria de la Patrona de Almería). Nada. Cero. Todo out.

Lo peor es que las perspectivas no son buenas. Pero las hermandades siguen funcionando, siguen evangelizando, siguen realizando labores caritativas, siguen en lo que tienen que estar. Sin embargo, ahora deben dar un paso más allá para que las cofradías siguen funcionando: habrá que reinventarse, buscar nuevas fórmulas... Habrá que estar a la altura. Y lo estarán; no lo duden.

Fotografías: Guillermo Méndez Sánchez La Santísima Virgen del Mar en su nuevo emplazamiento Azucenas traídas de Torregarcía en la mesa de Re...

Fotografías: Guillermo Méndez Sánchez
La Santísima Virgen del Mar en su nuevo emplazamiento

Azucenas traídas de Torregarcía en la mesa de Reglas

Consagración

Homilía

Evangelio

Junta gestora y devotos

Primera lectura

Segunda lectura